(Prensa/AP).-Barricadas construidas con metales retorcidos y escombros cubren la parte oriental de Mosul, donde las fuerzas del gobierno libran intensos combates con elementos de la organización Estado Islámico en barrios densamente poblados y callejones de la segunda ciudad más grande de Irak.
Al entrar el jueves en su segundo mes las operaciones de reconquista de la ciudad, las fuerzas iraquíes se preparan para una prolongada y extenuante guerra urbana ante un rival que no tiene la menor intención de abandonar ese bastión. Las fuerzas del gobierno han adoptado una actitud cautelosa, avanzando unos pocos cientos de metros a la vez, a pesar de que superan ampliamente los aproximadamente 5.000 combatientes que se cree tiene el EI en la ciudad. Cientos de miles de civiles permanecen en Mosul a pesar de la ferocidad y la magnitud de la resistencia del EI, que es algo que las fuerzas regulares iraquíes nunca habían visto.
La determinación de los combatientes de la resistencia es tal que la abrumadora superioridad numérica y de equipo no alcanza para una victoria rápida y es previsible que la campaña dure semanas, si no más.
EL FRENTE ORIENTAL:
Las fuerzas iraquíes penetraron dentro de territorio controlado por el EI y tropezaron con una fuerte resistencia. Fuerzas especiales se apoderaron de cuatro barrios orientales de Mosul: Zahra, Qadisiya, Tahrir y Gogjali. Pero eso representa menos de una décima parte de la ciudad. Ahora las fuerzas regulares tratan de avanzar hacia el centro de Mosul y tropieza con la presencia de la población civil, que les impide bombardear desde el aire para despejar el camino.
Además deben cuidarse de los informantes del EI que puede haber entre la población civil. «Controlamos la zona», dijo el mayor Ahmed Mamouri, aludiendo a Zahra. «Ya no hay combatientes, pero algunos civiles siguen apoyando a Daesh», agregó, usando el acrónimo árabe con que se conoce al EI. Mamouri dijo que cree que los informantes alertan a EI sobre los desplazamientos de las fuerzas regulares con miras a ataques suicidas. Eso complica la tarea de los soldados, que tiene que enfocarse no solo en el enemigo por delante sino en sus posibles colaboradores entre los civiles a su alrededor.
Cuando EI llegó a Mosul en el 2014, fue muy bien recibido por sus residentes, que pertenecen mayoritariamente a la minoría sunita musulmana, la cual resiente el gobierno central, dominado por los chiítas. Se cree que ese apoyo se ha ido debilitando por el rigor con que gobierna el EI y el deterioro de las condiciones de vida.
CONFLICTO COMPLEJO Y SANGRIENTO:
En el último año las fuerzas iraquíes han ido recuperando lentamente territorios tomados por EI. Usa tácticas convencionales, como cortar las líneas de abastecimiento, sitiar ciudades y avanzar de a poco. Pero en Mosul la guerra es mucho más compleja.
La ciudad no está sitiada y EI sigue recibiendo abastecimientos de camaradas en Siria. Irak movilizó 100.000 soldados, además de elementos tribales, para hacer frente a 5.000 combatientes de EI en Mosul. Con el apoyo de Estados Unidos y una coalición internacional, lanzaron más de 4.000 ataques aéreos en las afueras de la ciudad. La coalición ofrece también vigilancia e inteligencia a las fuerzas iraquíes. Igual que en otros sitios, el EI tiene un sistema de túneles, vehículos blindados, francotiradores y pequeñas unidades de combatientes que pelean hasta la muerte.
La capacidad defensiva y de contraatacar del EI ha sorprendido a los militares iraquíes. El teniente coronel Muhanad al-Tamimi dijo que en una sola semana la resistencia lanzó 30 vehículos con bombas. CONSECUENCIAS HUMANITARIAS En ciudades como Ramadi y Faluya, las fuerzas iraquíes evacuaron la ciudad antes de lanzar su ofensiva. Pero en Mosul, que es cinco veces más grande que Ramadi, esa no es una opción, pues el desplazamiento de tanta gente desbordaría la capacidad del gobierno y de las organizaciones de ayuda de acomodarlas.
Los iraquíes le piden a la población civil que permanezca en sus casas y cuando pueden distribuyen comida y agua, según al-Tamimi. PROGRESOS EN EL SUR Y EL OESTE Las fuerzas iraquíes no han podido cortar las líneas de abastecimiento al sur, el norte y el oeste de la ciudad, En el frente sur, avanzaron apenas 40 kilómetros en todo el último mes, sobre todo a lo largo del río Tigris. Ahora se preparan para retomar el aeropuerto, que se encuentra en esa zona.
Unos 60 kilómetros al oeste de Mosul, una milicia chiíta que colabora con el gobierno está sitiando la ciudad histórica de Tal Afar, punto clave en la ruta de abastecimiento del EI.
LA HISTORIA DE UNA FAMILIA:
Desde que comenzó la operación de reconquista, más de 56.000 civiles del norte de Irak dejaron sus viviendas, según las Naciones Unidas. En Mosul, miles permanecen en barrios recuperados por las fuerzas del gobierno. Pero miles más han tenido que irse de sus casas.
Mahmoud y su familia esperaron por semanas mientras las fuerzas regulares bombardeaban el barrio de Qadisiya al-Thaniya. Un ataque aéreo destruyó un automóvil que llevaba una bomba a dos casas de distancia. Al acercarse los combates, Mahmoud decidió alejarse al menos algunas cuadras con su esposa, sus hijos y los abuelos. Todos guardaron algunas pertenencias en bolsas y esperaron que cediesen los combates al anochecer. A pocos minutos de irse, su padre pisó una bomba cazabobos, que lo mató en el acto. Los demás miembros de la familia sufrieron heridas, pero fueron evacuador por tropas iraquíes, que los llevaron a una clínica en las afueras de la ciudad.
«No les he dicho a los chicos que su abuelo murió», dijo Mahmoud, lloroso. La familia será alojada en un campamento para civiles desplazados hasta que puedan volver a sus hogares. «Esta guerra será difícil», expresó Mahmoud. «No creo que regresemos por al menos un año».